Marcelino es un niño abandonado en un monasterio de frailes franciscanos, quienes, al ver la imposibilidad de entregarlo a alguna familia, deciden criarlo. El niño tiene un amigo a quien le comparte todos los días pan y vino, los frailes se inquietan por esta situación sin saber quién es, pero un día, un grupo de soldados atacan por sorpresa al campamento revolucionario, e intentan llevarse a Marcelino, sus ojos no creen el milagro que están a punto de presenciar.